El pasado 4 de enero el Santuario de San Torcuato en Face Retama se convirtió en el segundo templo jubilar de la diócesis. “ESTAMOS EN EL CORAZON DE LA DIÓCEIS” según palabras de Monseñor Orozco en la apertura del año jubilar de la Esperanza. Aledaño a este Santuario se encuentra el cenobio paleocristiano, un maravilloso testimonio de la vida de los primeros cristianos, que hemos tenido la suerte de iluminar de una forma muy especial. Teniendo en cuenta la singularidad y belleza de este espacio hipogeo y la rusticidad de los elementos tradicionales que contribuyen a su ambientación, hemos optado por una opción respetuosa con el inmueble que viene a redundar en las peculiares características del ámbito. Para ello hemos recurrido a una instalación externa de cables trenzados con revestimiento textil y aisladores de porcelana que acentúa el encanto de esta cueva-monasterio y nos evoca a los primeros tendidos eléctricos de finales del siglo XIX.